¿Por qué un títere, que no es ni más ni menos que un muñeco, puede conmovernos profundamente? ¿Qué es lo que tiene que lo hace humano sin serlo? O mejor: ¿qué secretos esconde el arte del titiritero que una y otra vez, en un pueblo perdido al que se llega por caminos de tierra, en el patio de un colegio o en el teatro de una gran ciudad, convoca a niños y adultos a reunirse en torno a historias y personajes que suelen calar hondo en el corazón de los espectadores?
Esto es lo que trataron de descubrir hoy nuestros niños de la salita de 2 y 3 años manipulando títeres e inventando historias junto a la Seño Marina.
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