Aprovechamos también para saludar desde aquí a todas aquellas personas que se han acercado a colaborar desinteresadamente con nuestros niños, a todos nuestros amigos y bienhechores. Que el niño Jesús les conceda las gracias que más estén neccesitando para sus vidas y para sus familias. Los abrazamos en Cristo.
NAVIDAD: DULZURA DE DIOS!
"La claridad celestial de esta mística noche de Navidad
atrae hasta a las almas más alejadas
-peregrinos descarriados o perdidos-,
como la luz de la casa paterna
en la oscuridad del bosque!
Oh, luz divina del Niño Jesús!
suave y santa bondad de Dios y de la Iglesia de Dios!
Hermanos,
Hermanos,
obremos con la bondad del Señor,
y así no tendrán que tener miedo de que se pierda la obra que realizan:
toda palabra buena es un soplo de Dios:
todo acto, santo y grande, de amor a Dios y a los hombres,
es inmortal!
La bondad vence siempre:
tiene un culto secreto
aún en los corazones más fríos,
y más solitarios y alejados.
El amor vence al odio;
el bien vence al mal;
la luz vence a las tinieblas!
Todo el odio y todo el mal,
y las tinieblas todas de este mundo,
¿qué son frente a la luz de esta noche de Navidad?
¡Nada! realmente nada frente a Jesús, ¡frente al Niño Jesús!
¡Consolémonos y exultemos en el Señor!
Los males de la tierra no tienen que hacernos perder la efusión del Corazón de Dios;
la victoria final será suya, ¡del Señor!
Y el Señor ¡vence siempre en la misericordia!
Todo pasa: ¡sólo Cristo permanece!
¡Es Dios, y permanece!
Permanece entre nosotros para iluminarnos,
para consolarnos, permanece en su vida terrenal,
para darnos su misericordia!
¡Jesús permanece y vence,
pero en la misericordia!"
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